¡Viva el Día de los Muertos!

¿Cuántas veces hemos podido escuchar la sintonía de la factoría Disney? Es casi imposible saberlo, pero hace unos meses la pudimos escuchar, por primera vez, de una manera muy especial, porque no es normal que escuchemos esta archiconocida melodía al estilo mariachi. Aunque estemos hablando de una película propiamente de Pixar. Y todo es obra de Coco.

La música es el alimento de alma. Una frase con la que muchos estarán de acuerdo. Pero, ¿y sí nuestra familia nos lo prohibiese? Este es el punto de partida de Coco y el dilema que el pequeño Miguel tiene. Ama la música, pero es un tabú dentro de su familia. A raíz de un sorprendente descubrimiento, Miguel acabará adentrándose en la Tierra de los Muertos para conocer su linaje.

Esto es lo que nos plantea Coco, aunque voy a comentar antes un par de cosas. Una de las grandes tónicas de Disney y Pixar es la de emocionar al espectador tocándole la fibra sensible. Esto lo hace de muchas maneras, pero la mayoría de ellas van relacionadas con la pérdida, tanto muertes (El Rey León, Bambi, Del Revés) como por separaciones obligadas (Monstruos S.A., Buscando a Nemo, Tod y Toby). Y luego están aquellas que explotan otros terrenos, a veces mezclados con esos dos. Un claro ejemplo es el final Toy Story 3, en el que Andy no solo se despedía de sus queridos juguetes y, sobre todo, de Woody. Nosotros (o mi generación) formábamos parte de esa despedida. Ya habíamos crecido y era hora de dejar atrás la infancia y pasar el testigo a las nuevas generaciones. Y nos tocó la fibra a muchos. Con Coco vamos un paso más allá porque la muerte está muy presente, pero de la manera alegre y festiva con la que la celebran en México.

El gran mimo con el que Lee Unkrick ha realizado junto a Adrian Molina (este como co-director y teniendo muy presentes sus raíces mexicanas) esta película es destacable, sobre todo en relación a la tradición mexicana, retratándola con todo lujo de detalles hasta crear un mundo mágico en el que la muerte es solo un paso más, un nuevo lugar en el que reunirse con los seres queridos. Como el Día de Muertos, en el que los espíritus pueden regresar por unas horas al mundo de los vivos para compartir unos momentos juntos. Y eso lo consigue desde el respeto que muestran y a través de un apartado visual excepcional, lleno de colorido, vida y unos diseños preciosos.

Coco nos habla de la familia, de los sueños, pero sobre todo de una cosa. Del recuerdo. Porque mientras tengamos en el recuerdo a alguien, siempre estará con nosotros, un concepto muy arraigado a esta festividad mexicana. Y esta canción va a formar parte de esos momentos que comentaba al principio, ese momento de pura emoción que os aseguro que hará que unos cuantos acaben necesitando un pañuelo. Una película imprescindible para cualquiera, no solo para aquellos a los que les guste la animación. Chapó.