Se dice que segundas partes nunca fueron buenas, y si bien sería mejor decir que “nunca fueron mejores”, algo de razón hay. Excepciones hay, por supuesto: El Padrino 2 (1976, Francis Ford Coppola), Terminator 2 (1984, James Cameron) o El caballero oscuro (2008, Christopher Nolan), por mencionar algunos ejemplos. Pero, ¿qué ocurre con las terceras? Con sus salvedades, hay un calificativo que puede definirlas: innecesarias. Un nuevo ejemplo es Gru: Mi villano favorito 3 (Despicable Me 3).
Si en la última entrega dejábamos a Gru en su boda con la agente Lucy y en la Agencia Anti-Villanos, en esta ocasión vamos a verle actuando en dos historias principales: la que se centra en el villano de esta ocasión, Balthazar Pratt, un antiguo niño estrella olvidado por todos (y en busca de venganza y de recobrar ese reconocimiento), y la que concierne al nuevo miembro de la familia, el hermano gemelo de Gru, Dru.
No cabe duda de que el ingenio de la primera película ha ido desapareciendo, aunque tampoco hay que desdeñar los nuevos diseños y algunas buenas ideas, a lo que se suma una banda sonora llena de grandes éxitos de los 80 que animan el ambiente, sobre todo para los más creciditos. ¿Quién no mueve, al menos, la pierna al ritmo de Money for nothing the Dire Straits en cuanto empieza a sonar?
Steve Carell vuelve a poner la voz de Gru (y Dru) y Kristen Wiig a Lucy en la versión original, mientras que en España escucharemos las de Florentino Fernández y Patricia Conde. Mención especial también para la versión en inglés, que cuentan con las voces de Steve Coogan y Julie Andrews, que repite como la madre de Gru.
Y aunque su trabajo dando vida a estos personajes sea impecable, no es suficiente para que esta película acabe de funcionar. Sí, es entretenida, pero no deja de ser más de lo mismo, sin un aliciente real para que nos interese el desarrollo de la historia. Como sucede con muchas secuelas, da la sensación de que solo es otra manera de continuar una saga que ha dado muy buenos resultados. De momento, van a seguir estirando el éxito de sus personajes más amarillos y queridos (por algunos) con la segunda parte de los Minions en 2020. ¿Otra “segundas partes nunca fueron buenas”? Habrá que esperar para verlo.
The Cinema Columnist 