OMG (of Egypt)

Ha sido una de las películas que se han anunciado con más antelación del año pasado. Una aventura en una época anterior a la nuestra en la que las deidades decidían el destino de los hombres: Dioses de Egipto (Gods of Egypt).

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El día de la coronación de Horus como nuevo rey de Egipto, su tío Seth mata a su padre, le ciega y se proclama rey. El destino de los mortales se ve entonces condicionado por el trabajo y se convierten en esclavos. Uno de esos mortales, Beck, va en busca del desaparecido Horus para que recupere el trono y pueda devolver al mundo de los vivos a su amada Zaya. 

Empecemos dejando las cosas claras. Dioses de Egipto es un completo fiasco como producto de entretenimiento y como película en sí. Desde su argumento, pasando por sus efectos especiales, los diseños y sus personajes. Un poco más de dos horas de metraje que solo conducen al aburrimiento.

La historia nos muestra, por un lado, a los mortales, resignados a ser esclavos, excepto por nuestros dos protagonistas humanos. Por otro, los dioses. Con aspecto humanoide pero a una escala mayor, su sangre es de oro y cada uno tiene una capacidad específica, unas más visibles que otras. Así, unos son capaces de hechizar con la mirada y las palabras, otros de multiplicarse y algunos crean una armadura metálica. 

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Este es el caso de los dos antagonistas de la historia. Seth y Horus, tío y sobrino, interpretados por Nikolaj Coster-Waldau y Gerard Butler, que hacen lo posible por darle algo de interés a sus personajes. Horus es el dios del aire y, a parte de tener una vista prodigiosa, puede volar cuando se transforma en un halcón metálico antropomórfico. Por su parte, Seth, dios del desierto, se transforma al igual que Horus pero con forma de lo que parece un cánido (extraño, ya que se le asocia a un cerdo hormiguero) y con una fuerza brutal. Son los únicos que poseen la capacidad de transformarse en una coraza de guerra.

La historia de su enemistad forma parte de la mitología egipcia. Seth mata a su hermano Osiris y se enfrenta a Horus, su sobrino, para conseguir la hegemonía de Egipto. Y en el proceso consigue sacarle un ojo (aunque en la película sean ambos ojos). Tomando este mito como eje para desarrollar la historia central, Alex Proyas, director de la cinta, incorpora la figura del ser humano para darle una mayor dimensión a la película. O eso sería lo lógico.

Proyas, director de películas como El cuervo (1994), Dark City (1998), Yo, Robot (2004) o, más recientemente, Señales del futuro (2009), se muestra más que excesivo con los efectos especiales. Unos efectos especiales que son mediocres en su gran parte, malos en otras tantas y aceptables en muy pocas. Ni siquiera se molesta en mantener la diferencia de tamaño entre mortales y dioses, más grandes en unas escenas que en otras. Tiene un aire a videojuego que lejos de ayudar lo empeora todo. Y la trama no favorece en absoluto.

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Simple, predecible, aburrida y con personaje sin carisma. De esta parte tienen culpa Matt Sazama y Burk Sharpless, guionistas de la cinta. Su trabajo en el mundo del cine es corto, ya que solo han escrito dos guiones más, los de Drácula: La leyenda jamás contada (2014) y El último cazador de brujas (2015), una pista de lo que se podía esperar de este nuevo guión. Miedo da pensar qué será de la nueva película de los Power Rangers (2017, Dean Israelite), su siguiente proyecto.

Volviendo al reparto, a Nikolaj Coster-Waldau y a Gerard Butler se les suma Brenton Thwaites como el humano Bek, Courtney Eaton como su amada Zaya y Rufus Sewell como Urshu, el arquetipo de humano malo. En cuanto a dioses, podemos ver a Isis, Osiris, Nephtys, Thoth, Mnevis, Anubis… También aparecen la diosa del amor Hathor, interpretada por Elodie Yung y Ra. Geofrey Rush es el que da vida al dios del Sol, una intervención del inglés que hace pensar cómo un actor de su categoría Ha terminado en una película como ésta.

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Dioses de Egipto es un despropósito de dimensiones faraónicas (nunca mejor dicho). Un blockbuster que hubiera funcionado mejor hace unos años pero que ahora no llega a las expectativas mínimas para convertirse en una propuesta ligera de entretenimiento para el verano.

*Esta crítica puede escucharse en el decimoséptimo programa de ¡Al Cine! aquí junto a las críticas de Buscando a Dory y La princesa Mononoke.

 

2 comentarios en “OMG (of Egypt)

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